El estruendo
Continúas ahí impávido, sin perder el tiempo, sin miedo a caer. Te abstienes de alimentar al gélido silencio para que no te robe el deseo de soñar. Tampoco le das pie para que descubra el secreto que te da la fuerza necesaria para mantenerte imperturbable ante las duras adversidades que se cuelan en tu vida. Precisamente ahora, te compruebo más