Hechos evidentes también, hechos excepcionales
Cada día dedicas tiempo en ocuparte y pensar cuantas cosas has de hacer. Te parece tan obvio el hecho de prepararte el desayuno, el ruido de los coches y de la gente por la calle, caminar y correr de casa al trabajo para finalizar los temas que quedaron pendientes, y también, al sonreír como un niño sorprendido por las gracias