Ni una razón avala tanta maldad
No hay ningún Dios que desee tanta barbarie, y tanto mal que destroza al mundo. No hay ni una sola razón que avale tanta maldad que origina cuantísimo dolor. No te ampares tú, asesino, en lo que tu Dios, nuestro Dios, mi Dios, no desea que desprendas esta inquina por el mundo, y tampoco la carencia de afecto por las