Un rayo de luz
Vi anoche un rayo de luz en una estrella que viajaba a un lugar indeterminado. Por la intensidad de su centelleo pude averiguar que nos buscaba para ofrecernos refugio, a ti y a mi. La miré, y en aquellos breves instantes donde intercambiamos sueños e ilusiones, hice castillos en el aire con mi afecto por ti. No pasó ni dos segundos, cuando inesperadamente la estrella se movió tan rápido que desapareció, igual que una tormenta de arena nos hace desaparecer en pleno desierto del Sáhara. Ahora, mi corazón desolado por no poder seguir tu estela, es quien busca refugio.
Han transcurrido las horas desde aquel preciso instante cuando aún sigo buscando la estrella que vi, y además, no he dejado de hacer castillos en el aire con el afecto que siento por ti. Si algún día aquella estrella vuelve a viajar en el espacio tiempo, y se cruza conmigo, le avisaré que soy yo, quien necesita de su refugio.
En este momento, es tan grande la tormenta de emociones que se mueve en mi corazón, que sólo es capaz de detenerse si te veo cruzar igual que un rayo de luz por la puerta de mi alma.