Inseparable tú, y yo
Cuando miro al cielo veo que la luz perenne es el reflejo de tus ojos. Mientras que pueda mirar tu humilde sonrisa, sentir tus generosos abrazos, o escuchar tus palabras cómplices, veré el brillo de tu ser en el mismo edén.
Alzo de nuevo la vista al cielo; no quiero descuidar ni un ápice de tu presencia destellante allí; al confín del firmamento, y aquí, en el límite de la clandestinidad que nos sostiene en pie; inseparables tú, y yo.