¡Me quedo contigo, hasta el infinito!
¡Me quedo contigo, e iré hasta el fin del mundo si fuera necesario! No, no estoy exagerando ni lo más mínimo. Lo diré cuántas veces sean necesarias, ¡me quedo contigo, e iré hasta el fin del mundo si fuera necesario! Lo único que necesito es respirar aire puro, y a tu lado, créeme que hallo el aire que sopla de la vida, además del suspiro apasionado por conservar intacta mi vida. Siempre que me invitas a poner los pies en el suelo, me calmas el dolor de las heridas, de la misma manera que me pones frente a frente, cara a la realidad; «la vida son dos días. El resto es sólo un mero complemento de cada jornada». ¡Diviértete amiga, vive!
No sé si comprendes cuantas razones me sostienen para ausentarme contigo de este mundo a veces un tanto inhóspito, aunque sólo sea un segundo. Al menos, estas son mis razones. Te he querido, te quiero, y continuaré queriéndote hasta el final de mi existencia.