La distancia… no es olvido
Aún no término por comprender, porqué, todo el mundo se empeña en decir, que la distancia hace el olvido. Y no lo comprendo porque tengo razones para ello.
Razones que no son quizás tan racionales, pero que me valen suficientemente para no comprender porque todo el mundo se empeña en este aspecto.
Y no hay distancia, porque a pesar de que existe, nunca he llegado a sentir la lejanía por aquellos quienes me importan, y verdaderamente he de reconocer que hay distancia de por medio. Ciertamente, la distancia es circunstancial y limita, pero no condiciona.
Si el afecto que siento es verdadero, si la comunicación que tenemos es real, no hay distancias, ni tiempos, ni formas en el mundo que hagan que pueda olvidar a nadie.
Razones que quizás la razón no entiende, porque su raciocinio es limitado, pero que por el contrario, el corazón entiende y comparte, ya que de no entender el corazón ciertamente en la distancia hubiera olvido.
Y por ello. No recrimino a quién puede olvidar por un momento determinado a quién dice que le importa. Ahora. Insisto, y no comprendo cómo seguimos empeñados en hacer que la distancia sea la excusa perfecta para hacer distancia de la distancia, e incomunicación de un afecto irreal.
Racionalidad, y sentimientos. Se unen en mí parecer, y por lo que sigo empeñada en decir, que todo es circunstancial, y que la distancia, nunca, hace que me olvides de quienes me importan. El deseo de disfrutar de ellos, hace que busque cualquier excusa para que la distancia sea un «espejismo» y la realidad de una cercanía eterna.