Un corazón echando raíces
Es imposible que recuerde las cosas que me han hecho daño, y las que en algún momento me han impedido avanzar y, estar contenta en el recorrido que hago de mi vida. No recuerdo, como en su momento atacó ése dolor que ataca al corazón; después de las experiencias vividas, he podido comprobar que en la vida, sólo las circunstancias que compartí contigo a alma descubierta, son aquellas las que verdaderamente han echado raíces en mi corazón, haciéndole vibrar entonces, y haciéndole vibrar ahora al recordar emocionada aquellas duras y sencillas experiencias que fueron una enseñanza brutal para este pequeño, y aprendiz corazón necesitado de tu afecto, complicidad, calor, y sinceridad.
El dolor que sentí ayer, no es el mismo que siento hoy. La experiencia de lo acontecido, me ayuda a mirarlo de otra manera.
Hoy, siento otra paz en mi interior, y de esto tiene mucho que ver las raíces echadas en mi corazón por tu compañía y tu afecto.
Imposible desde entonces no seguir el recorrido de mi vida contigo, echando raíces en el corazón que me ayudan a avanzar más contenta.
A lo largo de mi vida he ido cayendo en la cuenta del planteamiento realizado Arancha y estoy convencido que tal planteas es así, las raíces dan paz, y ayudan a vivir queriendo. Y lo dejo ahí, sin profundizar, estoy sensiblote hoy.
Al final, como uno se sienta, me parece que es lo que nos lleva a vivir o a no vivir… y personalmente tengo esa paz, que me ayuda a vivir sosegadamente.
Yo también ando sensible… eso no es nada malo…
Un abrazo Yosef
Siento no haber podido pasar antes por aqui Aranchita, con las vacaciones, ya sabes. Ahora ya me reengancho y me pondré al hilo de todo, y tu eres una de ellas.
Me encanta, tu corazón, también ha sentido alguna vez los estragos que supone querer. Bien, lo mejor dejar afincado los mejores recuerdos. Eso siempre vuelve a brotar.
Me encantan tus textos guapísima!
Cuando te leo, tal ahora, pienso lo rica que se han de sentir tus amigos, y tu familia. No todo el mundo transmite este sentimiento que tu expresas, y que penetra en uno, como un rayo sin destino.
Tienes un corazón fascinante querida amiga, me embelesas…
No puede sucederte menos con el gran corazón que tienes.
En mi vida he optado también por olvidar y no te imaginas lo bien que me va.