Domingo de Resurreción; concluye la Semana Santa
A procesiones penitencias y penitentes, Cofradías y Hermandades, que con sus pasos aún a estas horas de domingo, apuran sus salidas. La fecha señalada, para cumplir su penitencia. La Semana Santa va concluyendo.
A la presente conclusión de la Semana Santa, después de los días de viacrucis, y penitencias. De la Pasión y Muerte de Jesús. Allá cuando por el Domingo de Ramos, a su entrada de Jesús por Jerusalén, como a siglos pasados, al jueves y viernes Santo doloroso de fe y esperanza; al angustioso Sábado Santo de Gloria; se han sucedieron, procesiones y manifestaciones de fe, pasión, esperanza y recogimiento.
Ha sido éste, el tiempo de confraternidad y fervor que hemos podido vivir y sentir.
Recogimiento y reflexión, que en este triduo de vigilia Pascual, de ésta casi acabada Semana Santa hemos vivido.
Cada cual desde el lugar elegido, y posible; en vivo, por medios de comunicación… Lo de menos la manera, ya que lo realmente importante, lo vivido en el transcurso de esta semana.
Devoción, escenificaciones, y actos litúrgicos que anunciaban los autos sacramentales, que puestos en escenas, han atraído a miles de personas. Miles de vecinos, que una vez más se han reunido para en comunión, representar la Pasión y Muerte de Jesús.
Traer la buena nueva de como hiciera el ángel, cuando anunciase la resurrección de Jesús. La representación pues, de momentos de su vida.
Es por tanto. Cuando empiezan acabarse las celebraciones, los actos, litúrgicos-religiosos, lo que durante estos días se han desarrollado y celebrado en Ycod, así como, donde un poquito de fe y pasión se manifieste por cualquier otra parte de España y del mundo. Recogiendo y retornando a casa, queda para la memoria y el recuerdo cada instantánea y segundo.
Reafirmar, a priori la igualdad y singularidad de cada talla, ya que por más que sean diferentes en cada sitio; se balancea, se alaba a su hijo, Jesús, madre María de maneras diferentes, cada una de contemplaciones de tiempos talladas de características igualmente similares, todas guardan detalles que las hacen diferentes y únicas. Así como su mecida y alabanzas.
Imágenes, que de sus tallas, salen hermosas y bellas riquezas de expresiones que hacen tradicionales y únicas a cada procesión. Realidades de pasos, que cargan unas connotaciones reales increíbles, y que impresionan. Especialmente especiales cada una de ellas para cada Hermandad y Cofradía penitente. De ahí su máximo cuidado y mimo; como verdaderas joyas.
Sirios y luces que adornan las tallas. Dando luz a los pasos. Tallas que sostienen una química especial, y que sin querer las mismas transmiten a quienes la mira.
Órdenes de entradas y salidas de templos y ermitas, que sin duda, el sentimiento y química que se percibe cuando se escuchan y ve efectuar, es brutal.
-‘En lo más alto…’-, -‘a la misma gloria…’…- Son órdenes, algunas de ellas que dan los capataces a sus cuadrillas, a su hombre de confianza bajos los pasos y palios. Maniobras y pasos complejos que muchas veces deben salvar y realizar.
Unos de rodillas, otros con su costado, a hombros… Cada Cofradía y Hermandad; fieles a su estilo… Meciendo a la madre de dios, y al hijo. Con personal petición, plegaria, promesa, penitencia… Emocionando al respetable; devotos y curiosos, como suele decirse -en cada ‘levantá’, ‘chicotá’-. Acordándose en cada una de ellas de compañeros, amigos y allegados.
Siendo al verlas prácticamente volar cuando encogen todo el cuerpo, porque imaginar sentir lo que esos hombres y mujeres, sienten bajo esos pasos y palios, es impresionante.
Una estación de penitencia, en las que sin prisa, pero sin pausa, siendo su honor pasearlos; con cariño, cumplir y cumplimentar su estación de penitencia; de la manera en que si fuera la propia imagen quien andando estuviese por cada calle…
Calor y cariño, irradiado estos días por cascos históricos, calles, plazas, avenidas… Momentos emotivos, que con saetas, y cantos, sonidos de bandas de música y cornetas de tambores, flores y aromas, en noches espléndidas de semana santa, que emanan miles de sentimientos de penitentes, cuadrillas de costaleros, cargadores, portadores.
Un deber cumplido y trabajo bien hecho… Broche de oro que ponen los acordes del himno nacional, al iniciar y finalizar las procesiones y actos de penitencia, litúrgicos-religiosos. Hacen renovar los deseos de vida. De seguir adelante, y reencontrar con lo nuestro, con nuestra vida. Resurgir de nuestros pensamientos para afrontar cada día. Con valentía.
Con el fin de este Triduo de vigilia Pascual, con Jesús Resucitado. Nuestras vidas así como Jesús, nos recuerda resucitemos y valoremos; la gocemos. Sintamos única y eterna. A pesar de cualquier circunstancia, que nada acaba. Solo cumple un ciclo, para empezar uno nuevo, y mejor.
Es por tanto, este fin de Semana Santa, para resurgir al mañana con fe, y esperanza. Regresar a la cotidianidad, sin perder de vista estos días vividos. Recordando lo importante de tener fe y esperanza.
Resurgir de nuestras cosas, y de mirar así como por nosotros, por los demás, con la humildad que nos da ser todos iguales. –Creados todos a imagen y semejanza-.
Con la boca dulce, después de amainar un poco el sufrimiento, tras probar los huevos ó monas de pascua, ricos y originales, en sabores y presencia; al igual que dulce y alegre ‘el alma’. Reemprender una nueva etapa. Sin miedos…
Una Semana Santa que acaba, y recogiendo lo físico, lo espiritual permanecerá. Con fuerza reemprender un nuevo tiempo de Vigilia Pascual. Mientras ¡¡vivir!!
Ahora, vuelta al tajo, a empezar la faena!!! pasan las fiestas y empiezan otras… Semana Santa también es una fiesta, religiosa, de todos modos, fiesta.
Saludos.
preciosa la semana santa española… Málaga, grandiosa… Córdoba, no menos… saludos