Peregrinando a Candelaria, para ver a «La Morenita», «La Virgen de Candelaria»
Como muchos son los caminos que conducen estos días a la ‘Villa Mariana de Candelaria‘, no menos son las costumbres que la acompañan.
Tradiciones, ofrendas y muestras de gratitud son gestos variados que recibe «La Virgen de Candelaria» durante este especial fin de semana del mes de agosto.
Un nuevo día va naciendo en la Villa Mariana. El goteo de gentes, entrando y acercándose a la villa para visitar a la Virgen no cesa en ningún momento.
Apostada desde cualquier rincón, se les puede ver llegar desde todos los puntos cardinales de la isla, del resto del archipiélago, así como de turistas llamados por la curiosidad de la festividad. Todos, sin excepción, con un destino común, se acercan poco a poco a la basílica.
Impresiona ver cómo todavía, aún sin ser motivo de ‘peregrinación‘ el deporte, existen cosas capaces de movilizar y entusiasmar a tanta gente; y es que, como se suele decir -la fe mueve montañas-.
No obstante, no es tanto la afluencia de gentes, sino como van vestidos; ropa deportiva, zapatos deportivos, camisetas, gorras, bastones de pateo, la hora; indeterminada y, el estado físico de cómo llegan al municipio Candelariero; cansancio, llagas en los pies, son los que como muestras, corroboran, el que hoy, pudiendo ser a priori, un día como otro cualquiera en la villa, no lo sea.
El ambiente, y principalmente las muestras del fervor y gratitud hacia la virgen por parte de los peregrinos, son ejemplo de lo particularidad de las jornadas.
La Patrona y madre; ‘La Morenita‘, «Nuestra Señora la Virgen de Candelaria» está de celebración, es su Onomástica. Y todos, están dispuestos y a no dejar escapar la oportunidad para demostrar cuanto la quieren y respetan.
Pues, «La Virgen de Candelaria» para los chicharreros, es más que una talla religiosa, ella, es todo un símbolo, un referente a la que acudir cuando para ser escuchados, pedir ayuda, comprensión, perdón, como a una madre se acude. Y es que, la Virgen siempre escucha y responde… A su manera, siempre está al pie del cañón.
Se avanza el camino y un cántico se escucha repetida y emocionadamente.
–Virgen de Candelaria, la más bonita, la más moreena, la que tiende su manto desde la cumbre hasta la areena [fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][…]-
Cumbre de montaña que muchos peregrinos con su fe y devoción pasan después de kilómetros y kilómetros de pateada por todo el monte; mientras, suben y bajan senderos, cruzan caminos, pueblos, y que como si de un alimento energético se tratara no paran de cantar.
Un fin, un objetivo. Llegar a la villa y mostrarle así su respeto, cariño.
Alguno de los motivos principales que empujan a muchos hacer el camino consta en dar cumplimiento a una promesa hecha; por una enfermedad, sacar el carnet de conducir, una compra-venta de una casa, coche, un viaje sin sustos, etcétera.
A cada petición una, más particular la otra. Cada peregrino con una historia propia, no solo en su mochila, sino en su vida.
Va amaneciendo y el goteo aumenta, las filas de personas aumenta por minutos. Las flores y ofrendas frutales comienzan aparecer. El sonido de los instrumentos; la laúd, el timple, la bandurria, la guitarra, dan aviso de la alegría y rezo de los peregrinos a la Virgen. Comienza ‘La Romería‘.
Reunidos en torno a una mesa de un bar, tableros, o desde cualquier rincón; todos son buenos, los grupos se arrancan armoniosamente con cualquier cantico canario; una isa, una folia, una malagueña, con buena presencia, ataviados con la ropa de mago, típica canaria. Con la comida de la tierra; el gofio, los chochos, papas arrugadas, el vino, el pescado, el mojo, los rosquetes caseros. Las notas continuadas, una melodía tras otra. Grupos de amigos, familias, asociaciones culturales, de vecinos, parrandas.
Todos, sin excepción de edades y tamaños van pasando delante de la virgen, depositando a la vez su ofrenda.
Ofrenda para la recreación del manto de la virgen, con flores, y que en el año 2000 fue sustituida por un motivo más útil, aprovechable y necesario, como seguro deseo de la virgen: Alimentos; los que a la acabada la ofrenda los padres dominicos, protectores custodios de la virgen obsequiaran a las gentes con pocos recursos de subsistencia.
A los más pequeños se les ve ilusionados; quizás por la novelería del momento, a los que aun con todo se nota en su mirada lo viven intensamente; como los adultos, conscientes en todo momento del significado de poder cumplir aquella Promesa; sentida y lanzada, probablemente en un momento de ‘desesperación’, a la que no alcanzan ni pueden controlar a reprimir las lágrimas; esas que se deslizan caliente y lentamente. Las que no se congelan a la vez caen por la mejilla.
Pasan las horas, continúa el peregrinaje, mientras, en el centro de la enorme plaza un grupo de personas del municipio, recrean con igual sentimiento a como si los propios Pastores Guanches fueran, aquel encuentro y milagro de la imagen «La Virgen de Candelaria» allá por 1400 un día 2 de Agosto, en la playa de Chimisay, justo al lado de la basílica de hoy; donde una hermosa imagen que con un niño a cuestas y una vela, candela, permanecía inmóvil en la arena.
La recreación es tan real, que no deja despegar la vista.
La Virgen, como protagonista principal presidiendo el acto en medio de la plaza, los pastores, el ganado, los instrumentos que portaban; las caracolas, cuchilla de piedra, las lanzas, la vestimenta hecha con las pieles del ganado […]
La emotividad a tan milimétricamente escenificación es tan real que el silencio ocupa el recinto.
Cayendo el día; la basílica permanece abierta con la intención de seguir recibiendo a los peregrinos que continuarán llegando, con el deseo de ver ‘a su madre’, la Patrona, ‘La Virgen Morenita‘.
Nadie baja la guardia. No se quiere perder la intensidad de estos días de celebración y homenaje; los actos continúan, festivales musicales, verbenas, obras de teatros, actividades infantiles, acuáticos, yincanas, torneos deportivos, cada uno en su estilo, mostrando sus horas de ensayos durante el año, para llegados estos días disfrutarlo así.
Pasa la noche y un nuevo día reluce brillante en la villa mariana. Las calles continúan engalanadas, llegan nuevos peregrinos, los nueve Menceyes Guanches siguen expectantes, las olas del mar agitan y rompen contra los callados, la brisa ondea con alegría las banderas, nada ha cambiado del día anterior, la basílica hoy si cabe, más llena que otros días. Es el ‘Día grande’ de las fiestas.
En los aledaños a la basílica, se escuchan los sones de tonos de un cornetín, son órdenes militares. También como tradición el mando militar asentado en la isla, siempre varía la compañía que acude; Grupo de Gastadores, Artilleros, muestran sus honores y respetos a la virgen.
Desde bien temprano el regimiento forma, esperan entonces la llegada del representante local o autonómico del Rey D. Juan Carlos. Momento en que pasará revista y ‘protegerán’ la imagen.
En el interior no cabe ni un alfiler, entre autoridades y civiles, comienza la misa. Los zunzunes de los abanicos, los silencios entre oración y oración, cantos de la coral, es lo único que se escucha.
La gente mientras, se acumula en el exterior de la entrada, los alrededores; abren la puerta, una silueta se aproxima sin casi detenerse hacia afuera, al ritmo de la Salve, Himno de la Virgen, -…Salve, saalve Virgen Morenita, dulce madre del divino amor, clara estrella de esperaanza nuestra, luz que irradia del eterno Sol […]- suena el himno de España, los voladores saludan; las campanas repican, los vivas se repiten, la Virgen de Candelaria, sale de su basílica para procesionar alrededor de la plaza y acompañada de la ‘Banda Municipal’ saludar a quienes se han acercado a verla.
Emociona ver como unos lloran, otros en silencio la acompañan, la miran y ruegan, cada uno con su particular sentimiento, pero con igual encuentro, la devoción y adoración por «La Virgen Morenita«, «La Virgen de Candelaria«.
La festividad de la virgen termina por hoy, mañana seguirán llegando peregrinos por distintos medios, maneras, pero con idéntica devoción, el deseo e ilusión de hablar, ser escuchados; y es que… -La Morenita, tiene un color especial, y un lunar en su rostro, que se lo pusieron los Guanches, el día 15 de Agosto […]
¡Viva la Virgen de Candelaria! … [¡Viva!]
Todos a caminar, para llegar a Candelaria.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]
Magnífica exposición de tus fiestas. Desconocía esa tradición guanche. Bss.
Hola a todos. Es la primera vez que escribo aquí. Coincido en que esta exposición es magnífica como su dueña que habla con el corazón para expresar algo tan de todos como la fe, el amor, la lucha, la esperanza, la certeza absoluta de que hay algo que vela por nosotros y no nos abandona. Muchísimas gracias por vuestras palabras. Besos.
Hola! Cuanta alegría verte por aquí! Se bien recibida, esta es tu casa… Acomódate.
Me gustan mucho las tradiciones y la historia, nuestra historia, creo que sin ellas estaríamos un poco más ‘desnudos’; y eso, no perderla es cosa de nosotros.
Gracias por tus siempre muestras de cariño, sabes es recíproco 😉
Un abrazo. Te espero.
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