¿Tienes que aportar, o no sobre la Discapacidad?

Arancha García/ noviembre 12, 2007/ Opinión bloguera/ 1 comentarios

Me gustaría lanzar un pensamiento en alto.
Estamos de acuerdo, que cada vez más por fortuna, sobre la significación de normalización que esto origina en la sociedad, se habla de temas generalizados sobre quienes cuentan con alguna dificultad física, psíquica, etcétera de una manera libremente. Siempre con respeto, sin tabúes y no haciendo un trauma o avergonzándose de ello, como sucedía antaño.

Tiempos aquellos en los que las familias escondían a sus hijos en sus casas, llegando a no dejárles salir ni tan siquiera a la calle, colegio; puesto eran diana de burlas y comentarios mal intencionados, e incluso por lo que eso suponía en cuanto al status familiar, dando pie a una discriminación e aislamiento de esa persona ya no sólo sobre lo cotidiano, llegando algo más allá para el contacto con el mundo real y no ese imaginario al que se veía sometido.

Lo que no deja de sorprenderme en ocasiones, como hay, quienes cuando se habla de discapacidad en general, sea cual sea el tema, cree no va con su persona. Dejándolo pasar, como si la conversación, informaciones salientes, experiencias, comentarios, etcétera, sólo interesasen a un grupo determinado de personas… Es decir, como si las personas estuviésemos clasificadas por especialidades, temas, y no por experiencias, vivencias, emociones…
Comento esto, pues hay quien cuando esto ocurre, se sienten incómodos o simplemente creen no saber que decir, por no tener una circunstancia física u psíquica propia.

Cuestión que no comprendo ni estoy de acuerdo. Pues independientemente pueda «equivocarse» a la hora de su exposición, todos, sabemos lo que es no poder hacer algo en algún momento de nuestra vida por nosotros mismos, o al hacerlo el cuerpo no responde de manera normal o a la acostumbrada.
Y esta ocasión no iré muy lejos. Si hago mención a la gripe, puede parecer haya enloquecido (falta poco) pero es una situación sencilla y cotidiana. Ahora si piensas bien y por un momento recuerdas la última gripe o aquella que tuviste hace años en la que te parecía por momentos no resistirías un minuto más a su ataque.
La fiebre no te dejaba levantar cabeza, no podías casi ni comer, etcétera, etcétera, y a todas estas; tu mujer, padre, madre u cualquier otro familiar estaba pendiente de tus necesidades… En ese momento, sin quererlo, fuiste una persona dependiente. ¿Nos hemos realmente parado a pensar en esto aguna vez?.

Es con este ejemplo, con lo que quiero deciros que respetando las posturas e ideas de cada uno, tenemos que concienciarnos, y de una vez por todas, dejar de ser sujetos pasivos y pasar definitivamente a la acción, no pensando que tienes poco o nada que aportar en temas, conversaciones, acciones sobre la discapacidad. Sin embargo, tanto en el fondo y principio de la conversación u charlas hablamos de personas y por tanto cualquiera no está exento de que mañana u cualquier otro momento, necesite ayuda de otra persona, por mínima que esta sea.

Ya que, hay muchas personas, que aún con su circunstancia personal, se desenvuelven con cierta ligereza en su día a día, mientras también hay otras que necesitan de una ayuda constante. No por ello, dejando ser más o menos personas unas que otras por sus necesidades. Pues al final hablamos de personas.

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